jueves, 11 de octubre de 2007

Hablar de escepticismo

¿Con quién hablar de escepticismo?

"Argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica, es como dar medicina a un hombre muerto".
Thomas Paine.

¿Cualquiera puede leer temas de escepticismo? ¿Es para todos? ¿A quién está dirigido el contenido de blogs como este? Principalmente a otros escépticos que disfruten de leer sobre estos asuntos. Al ser humano le es placentero compartir las cosas que le gustan y considera importantes. El escéptico lee lo que escriben otros escépticos para entretenerse, afinar sus propias ideas, informarse y opinar, entre otras cosas.

Pero, ¿que se puede decir de los creyentes (1), en particular los teístas? Creo que no todos están preparados para aprovechar de manera óptima lo que en estos sitios de internet se comenta. ¿Porqué? Bueno, como decía mi abuela: “La verdad no peca pero incomoda”. Muchos escépticos ya han pasado por un proceso de cuidadoso análisis de las creencias transmitidas por sus padres y por la sociedad, como por ejemplo la inmortalidad del alma. Este dogma le da al creyente la tranquilidad necesaria para seguir adelante en su vida. En cambio un escéptico, por su propia voluntad, ya ha experimentado un proceso mental de aceptación de la realidad, y muchos incluso, alcanzado lo que algunos filósofos griegos de la antigüedad llamaban “ataraxia”, un estado de calma en el que uno ya no se preocupa por creencias indemostrables.

El problema de tratar demostrar a ciertos cristianos que el infierno es una idea aberrante es que simplemente cerrarán su mente a los argumentos. Se encapricharán y se enojarán pensando que el escéptico es un hereje intentando subvertir su alma. Pero digamos que el cristiano escucha un poco (no todo), entonces se angustiará terriblemente pensando que su fe tambalea, y lo que se habrá logrado al fin será que el creyente en cuestión pase horas rezando tratando de recuperar la paz interior por ver amenazados sus dogmas. Lo que estoy diciendo es que si un creyente no quiere escucharnos no le digamos nada. Está en todo su derecho.

¿Eso quiere decir que no hagamos oír nuestra voz (o que no escribamos)? No, no significa eso. Si no fuera porque muchos ateos hablaron fuerte hace tiempo, seguiríamos viendo quema de brujas en las plazas públicas.

Entonces, ¿quién está preparado para leer sobre escepticismo? Pues aparte de los librepensadores los creyentes que tengan la disposición. En el momento en que un teísta navega por estas páginas, aunque sea solo para hacer critica destructiva, se está abriendo al hecho de que existen otras formas de pensar. Ahora bien, no todos los creyentes son cerrados a otras interpretaciones de la realidad. Por ejemplo, cuando mi novia, que tiene ideas religiosas muy definidas, me pide que le lea algo en voz alta, yo uso libros como “El mundo y sus demonios” (2) y ella no se a quejado en lo mas mínimo, y diario me pide que le siga leyendo.

La cosa cambia con los dogmáticos quieren imponer a toda costa sus creencias a los demás. Para evitar el regreso de instituciones como la Inquisición es necesario proceder de acuerdo al quinto “me gustaría que no hicieses” del pastafarismo (3): “Me gustaría mucho que no desafiaras las ideas fanáticas, misóginas, y de odio de otros con el estómago vacío. Come, luego ve tras los p********.”

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Notas:
(1) Al decir creyentes incluyo tanto a los teístas, que creen en uno o varios dioses, como a los seguidores de las pseudo ciencias. Aunque ambos grupos no son excluyentes.
(2) De Carl Sagan. Muy recomendable para estimular el pensamiento crítico.
(3) Parodia de religión inventada por el físico Bobby Henderson. Véase Pastafarismo en la Wikipedia.

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