viernes, 4 de abril de 2008

Creer en Dios porque se le necesita

Imagínese que un niño pequeño se queda solo en casa porque sus padres salieron a bailar (que irresponsables).

El niño abraza su osito de peluche porque lo hace sentir seguro.

Pero ¿qué tanto podrá ayudarlo este juguete si hay un temblor, un incendio o un intruso hostil en la casa?

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